¿Hay algo mejor que tener una amiga cocinera? Eso sí, no te pongas exigente porque la chef puede hacer cambios de última hora en el menú y si no te gustan siempre puedes prepararle a tu cita tus famosas patatas con cola light. Y es que eso fue lo que le pasó a Rachel con Mónica cuando estaba preparando su cita especial, ella tenía en mente un menú y acabó siendo otro porque sobró comida en el restaurante de esta. Pero oye, ¿quién puede hacer ascos a las sugerencias de la chef? Siempre es mejor que tener que cocinar tú cualquier cosilla, ¿no? Pues como hoy no tenemos a mano a Mónica hemos decidido tirar de los básicos de nuestra querida Rachel y preparar estas suculentas patatas. ¿Alguien se apunta?
Ingredientes
·
Unas
10 patatas para guarnición
·
2
cdas de aceite de oliva
·
Sal en
escamas
·
150
gr de crème fraîche
·
Eneldo
(si es fresco mejor)
·
Pimienta
negra molida
·
Sucedáneo
de caviar
·
Un limón
en gajos
Preparación
Precalentamos
el horno a 175º.
Pinchamos las
patatas con un tenedor por toda la superficie, las pincelamos las patatas con
el aceite de oliva y las sazonamos con la sal en escamas. Las colocamos en la
rejilla del horno y horneamos unos 60 minutos hasta que la piel esté crujiente y
al pincharlas con el tenedor estén tiernas por dentro.
Mientras
vamos preparando la salsa. Mezclamos la crème fraîche con una cucharadita de
eneldo y salpimentamos al gusto. Removemos bien y dejamos mientras en la
nevera.
Cuando las
patatas estén listas, les hacemos un corte a lo largo (no muy profundo) y
ahuecamos un poco con el cuchillo. Rellenamos con la crème fraîche, decoramos
con un poco más de eneldo, pimienta molida, el sucedáneo de caviar y
acompañamos con los gajos de limón. Y a falta de una cola light, mi favorita,
una cola de vainilla!
Gema
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