Cannoli de ricotta a la naranja

El mes de Abril viene fuerte y es que la propuesta para el reto de #FoodFictionDivision, de la mano de mi amiga Olga, es El Padrino. Se cumplen 50 años del estreno de la primera película de esta gran saga que narra la historia de Vito Corleone, el capo más respetado de Nueva York. Déspota, ambicioso, implacable con sus rivales y fiel a sus principios. La importancia de la familia, la lealtad y el respeto se dejan ver en cada una de las  3 películas, al igual que las grandes reuniones y celebraciones donde no puede faltar la comida.

Mi propuesta es un dulce típico de la región de Sicilia, el cannolo. Consiste en una masa enrollada rellena de una crema de queso ricotta. En este caso la mezcla la he preparado con naranjas, y es que esta fruta tiene cierto protagonismo en la saga, ya que cada vez que aparece alguna, muere alguien. Además, los cannoli aparecen en la 1ª parte cuando la esposa de Clemenza le encarga estos dulces a su marido y en la 3ª parte cuando Connie asesina a Don Altobello con un cannolo envenenado (una muerte dulce).

Ingredientes

Para la masa

·         200 gr de harina de trigo

·         80 gr de vino Marsala

·         30 gr de azúcar

·         40 gr de aceite de oliva

·         Aceite de oliva para freír

·         Sal

 

Para el relleno

·         500 gr de ricotta

·         80 gr de chocolate negro rallado

·         150 gr de azúcar

·         La piel de una naranja

·         Mermelada de naranja

 

Preparación

Primero haremos el relleno. Trituramos el azúcar junto con la piel de naranja en un robot de cocina hasta que quede un polvo fino (guardamos un poco para decorar al final) y le incorporamos el queso y el chocolate. Agregamos un par de cucharadas de mermelada y mezclamos bien con una espátula.

Ponemos la crema en una manga pastelera y la dejamos en la nevera.

Mezclamos el azúcar, la harina, el aceite de oliva, una pizca de sal y el vino hasta que quede una masa homogénea (si nos ayudamos de una amasadora o robot, mucho mejor).

Dividimos la masa en bolitas iguales (a mí me salieron 12 de unos 30 gr cada una), las aplanamos y estiramos con un rodillo.

Cogemos nuestros moldes de cannoli (son unos tubitos metálicos) y vamos enrollando la masa. Con ayuda de los dedos vamos cerrándolos y mojamos con un poco de agua para que sellen bien y no se abran al freírlos (ojo, a mí se me abrieron 3 pero aun así cayeron).

Los freímos hasta que se doren, retiramos a un plato con papel absorbente y cuando no nos queme mucho retiramos la masa con cuidado del tubo.

Una vez fríos los rellenamos con la crema y espolvoreamos con el azúcar reservado.

Os aseguro que es una receta que no podréis rechazar!

Gema

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